1. LAS EMOCIONES EN
Grandes filósofos, entre ellos Platón, ya hablaban de
Tras diversos estudios se ha comprobado que los niños son capaces de captar los estados de ánimo de los adultos (en uno de éstos se descubrió que los bebés son capaces de experimentar una clase de angustia empática, incluso antes de ser totalmente conscientes de su existencia. Goleman, 1996).
El conocimiento afectivo está muy relacionado con la madurez general, autonomía y la competencia social del niño.
2.
La personalidad se desarrolla a raíz del proceso de socialización, en la que el niño asimila las actitudes, valores y costumbres de la sociedad.
Y serán los padres los encargados principalmente de contribuir en esta labor, a través de su amor y cuidados, de la figura de identificación que son para los niños (son agentes activos de socialización). Es decir, la vida familiar será la primera escuela de aprendizaje emocional.
Por otro lado, también van a influir en el mayor número de experiencias del niño, repercutiendo éstas en el desarrollo de su personalidad. De esta forma, al controlar la mayor parte de las experiencias de los niños, los padres contribuyen al desarrollo de la cognición social.
Partiendo del hecho de que vosotros, los padres, sois el principal modelo de imitación de vuestros hijos, lo ideal sería que vosotros, como padres, empecéis a entrenar y ejercitar vuestra Inteligencia Emocional para que vuestros hijos puedan adquirir esos hábitos.
La regla imperante en este sentido, tal y como dijeran M. J. Elías, S. B. Tobías y B. S. Friedlander (2000), es la siguiente: “Trate a sus hijos como le gustaría que les tratasen los demás”. Si analizamos esta regla podemos obtener 5 principios:
- Sea consciente de sus propios sentimientos y de los de los demás.
- Muestre empatía y comprenda los puntos de vista de los demás
- Haga frente de forma positiva a los impulsos emocionales y de conducta y regúlelos.
- Plantéese objetivos positivos y trace planes para alcanzarlos
- Utilice las dotes sociales positivas a la hora de manejar sus relaciones
Observando estos principios, nos damos cuenta que nos encontramos delante de lo que son los cinco componentes básicos de
1. Autoconocimiento emocional.
2. Reconocimiento de emociones ajenas
3. Autocontrol emocional.
4. Automotivación
5. Relaciones interpersonales.
Para poder resolver cualquier situación problemática de ámbito familiar, sería aconsejable contestar una serie de preguntas antes de actuar:
1- ¿Qué siente usted en esa determinada situación? ¿Qué sienten sus hijos?
2- ¿Cómo interpreta usted lo que está pasando? ¿Cómo cree que lo interpretan sus hijos? ¿Cómo se sentiría usted si estuviera en su lugar?
3- ¿Cuál es la mejor manera de hacer frente a esto? ¿Cómo lo ha hecho en otras ocasiones? ¿Ha funcionado realmente?
4- ¿Cómo vamos a llevar esto a cabo? ¿Qué es preciso que hagamos?
¿Cómo debemos abordar a los demás? ¿Estamos preparados para hacer esto?
5- ¿Contamos con las aptitudes necesarias? ¿Qué otras formas pueden existir de resolver el problema?
6- Si nuestro plan se topa con imprevistos, ¿qué haremos? ¿Qué obstáculos podemos prever?
7- ¿Cuándo podemos reunirnos para hablar del asunto, compartir ideas y sentimientos y ponernos en marcha para obtener el éxito como familia?
Por otra parte, un estudio demostró los tres estilos de comportamiento más inadecuados por parte de sus padres son:
- Ignorar completamente los sentimientos de su hijo, pensando que los problemas de sus hijos son triviales y absurdos
- El estilo laissez-faire. En este caso, los padres sí se dan cuenta de los sentimientos de sus hijos, pero no le dan soluciones emocionales alternativas, y piensan que cualquier forma de manejar esas emociones “inadecuadas”, es correcta (por ejemplo, pegándoles)
- Menospreciar o no respetar los sentimientos del niño (por ejemplo, prohibiéndole al niño que se enoje, ser severos si se irritan...)
3.
Si nos detenemos en el tipo de educación implantada hace unos años, podremos observar cómo los profesores preferían a los niños conformistas, que conseguían buenas notas y exigían poco (de esta forma se estaba valorando más a los aprendices receptivos y los discípulos más que a los aprendices activos).
De este modo, no era raro encontrarse con la profecía autocumplida en casos en los que el profesor espera que el alumno saque buenas notas y éste las consigue, quizá no tanto por el mérito del alumno en sí sino como por el trato que el profesor le da. También se encontraban casos de desesperanza aprendida, producida por el modo en que los profesores respondían a los fracasos de sus alumnos.
Pero hemos evolucionado, y para seguir haciéndolo tendremos que asumir que la escuela es uno de los medios más importantes a través del cual el niño “aprenderá” y se verá influenciado (influenciando en todos los factores que conforman su personalidad).
Por tanto, en la escuela se debe plantear enseñar a los alumnos a ser emocionalmente más inteligentes, dotándoles de estrategias y habilidades emocionales básicas que les protejan de los factores de riesgo o, al menos, que palien sus efectos negativos.
Goleman,
Los objetivos que se persiguen con la implantación de
1. Detectar casos de pobre desempeño en el área emocional.
2. Conocer cuáles son las emociones y reconocerlas en los demás
3. Clasificarlas: sentimientos, estados de ánimo...
4. Modular y gestionar la emocionalidad.
5. Desarrollar la tolerancia a las frustraciones diarias.
6. Prevenir el consumo de drogas y otras conductas de riesgo.
7. Desarrollar la resiliencia
8. Adoptar una actitud positiva ante la vida.
9. Prevenir conflictos interpersonales
10. Mejorar la calidad de vida escolar.
Para conseguir esto se hace necesaria la figura de un nuevo tutor (con un perfil distinto al que estamos acostumbrados a ver normalmente) que aborde el proceso de manera eficaz para sí y para sus alumnos. Para ello es necesario que él mismo se convierta en modelo de equilibrio de afrontamiento emocional, de habilidades empáticas y de resolución serena, reflexiva y justa de los conflictos interpersonales, como fuente de aprendizaje vicario para sus alumnos.
Este nuevo tutor debe saber transmitir modelos de afrontamiento emocional adecuados a las diferentes interacciones que los alumnos tienen entre sí (siendo fruto de modelos de imitación, por aprendizaje vicario, para los niños). Por tanto, no buscamos sólo a un profesor que tenga unos conocimientos óptimos de la materia a impartir, sino que además sea capaz de transmitir una serie de valores a sus alumnos, desarrollando una nueva competencia profesional. Estas son algunas de las funciones que tendrá que desarrollar el nuevo tutor:
- Percepción de necesidades, motivaciones, intereses y objetivos de los alumnos.
- La ayuda a los alumnos a establecerse objetivos personales.
- La facilitación de los procesos de toma de decisiones y responsabilidad personal.
- La orientación personal al alumno.
- El establecimiento de un clima emocional positivo, ofreciendo apoyo personal y social para aumentar la autoconfianza de los alumnos.
La escolarización de las emociones se llevara a cabo analizando las situaciones conflictivas y problemas cotidianos que acontecen en el contexto escolar que generan tensión (como marco de referencia para el profesor, y en base a las cuales poder trabajar las distintas competencias de la inteligencia emocional.)
Por último, vamos a puntualizar que para que se produzca un elevado rendimiento escolar, el niño debe contar con 7 factores importantes:
- Confianza en sí mismo y en sus capacidades.
- Curiosidad por descubrir.
- Intencionalidad, ligado a la sensación de sentirse capaz y eficaz.
- Autocontrol.
- Relación con el grupo de iguales.
- Capacidad de comunicar.
- Cooperar con los demás.
Y para que el niño se valga de estas capacidades una vez se escolarice, no hay que poner en duda que dependerá mucho del cuidado que haya recibido por sus padres.
De este modo, debemos resaltar que para una educación emocionalmente inteligente, lo primero será que los padres de los futuros alumnos proporcionen ese ejemplo de
Inteligencia Emocional a sus niños, para que una vez que éstos comiencen su educación reglada, ya estén provistos de un amplio repertorio de esas capacidades emocionalmente inteligentes.
Autora: Verónica Gea Rodríguez.
ANALISIS:
Como vemos en el cómic anterior la raíz de la educación no es la escuela en si, ni la labor que puedan hacer los profesores, en el artículo se anuncia un ente principal para que
Hablar de familia es hablar de Educación y viceversa especialmente cuando comprendemos el rol social y sociabilizador del proceso Educativo. Muchas veces se piensa que es la escuela la principal responsable de la educación, pero es un pensamiento completamente errado ya que es
Este ente institucional llamada familia es la cuna de aprendizaje, en donde se cultiva la mencionada Inteligencia Emocional, ya que son los padres los encargados de entregar el modelo a seguir mediante, su amor, su apoyo, su dedicación, su entrega, ellos traspasarán a sus hijos lo que quieren lograr de ellos.
Si llevamos está situación a la realidad, las familias se han visto envueltas en estos últimos tiempos, si bien han mejorado sus niveles de formación y educación, en problemas sociales como las dificultades de convivencia, la carencia de ideales claros de vida, la ruptura del matrimonio, además del poco tiempo que cuentan para la educación de sus hijos por sus distintas actividades, ya sea de trabajo o actividades extraprogramáticas, y en ciertos casos el poco interés que demuestran por indagar que es lo que están aprendiendo en la escuela, es esto lo generalmente afecta la estabilidad emocional del niño.
Es aquí en donde la colaboración, ayuda y apoyo del ámbito escolar, es fundamental para el alumno y la familia en dificultades. Es por esto que es de suma importancia generar lazos de confianza, comunicación, lazos de reciprocidad entre familia y escuela, por ello se pone especial énfasis para que la participación de los padres en el ámbito escolar sea participativa y activa, lograr trabajar conjuntamente en la orientación de la persona en formación, para que ante cualquier problema se logre actuar con eficacia en el momento preciso y adecuado.
Es está relación de confianza la que le entrega al educando la seguridad necesaria para tomar sus propias decisiones. Si no se produce un acuerdo previo de que y para queremos educar a nuestros hijos, se producirá una disfuncionalidad en está relación Padres-Maestros y también en el mismo proceso educativo lo que llevará al niño a una indecisión e inseguridad emocional.
Miro hacia el pasado y me doy cuenta que sin mi familia, a pesar de las dificultades, adversidades, separaciones y desilusiones de la vida, no sería lo que hoy en día soy. Es está en donde se proyecta todo lo que estoy logrando como persona, como mujer y como futura Educadora, es la familia quien tiene el derecho-deber de la educación.
CONCLUSIÓN:
Por consiguiente para lograr una Inteligencia emocional en el niño se necesita de educación. Como dice el proverbio Africano: “para educar a un niño se necesita
Como dice un titulo de un libro “Educar emociones, educar para la vida” Amanda Céspedes, editorial Vergara.
Quisiera terminar con una cita de esta misma autora en la que refleja el porque se debe educar para el futuro…
A los hijos no hay que educarlos para que se porten bien en el día y los dejen leer el diario; hay que educarlos para el futuro. Para que 20 años después puedan ser adultos educados emocionalmente. Hay un dicho muy bonito: los hijos son nuestro futuro, pero no es así. Nosotros somos el futuro de nuestros hijos, porque como los eduquemos hoy, es cómo serán ellos en el futuro.
AUTOEVALUACIÓN:
1. Presento un texto que trata los temas desde una perspectiva educativa y es de mucho interés. (esto por que todos mis compañeros y compañeras están invitados a leer mis textos y comentarios)= 5
2. Presento un texto que tiene una extensión mínima de al menos el equivalente en Word a 3 hojas de oficio. (el máximo no está regulado)= 5
3. La presentación la he realizado de tal manera que sea de fácil lectura (respecto al color, tamaño y diseño de la letra) y se puede distinguir con claridad, en la presentación, el texto de mi análisis.= 5
4. Le he incorporado al texto algunos gráficos o dibujos o fotografías alusivas al tema tratado, pues considero que esto invita a una lectura más amena y denota más interés por parte del o la autora del blog (y he incorporado mi propia fotografía)= 5
5. Inicio mi análisis planteando como yo entiendo lo desarrollado por el autor (parafraseo)= 5
6. Durante el análisis planteo con claridad mis planteamientos, críticas, puntos concordantes o discordantes con el autor/a.= 5
7. Durante el análisis utilizo frecuentemente el recurso “citas de otros autores” para reforzar lo que he planteado yo, o algún punto que considero importante tratado por el autor del texto.= 5
8. Las citas que utilizo son de diversas fuentes, tales como, otros autores buscados por mi, autores o ideas tratadas en clases, citas de presentaciones o disertaciones de mis compañeros, citas de artículos anteriores, etc.= 5
9. Realizo en mi análisis aplicaciones o referencias a nuestra realidad educativa si es un texto extranjero, o a realidades educativas que yo he vivenciado para explicar con un sentido contextual el texto presentado.=4
10. En el último punto del análisis presento una síntesis de lo que he querido expresar, a modo de conclusión. = 5
Mi suma total de puntos, según la suma parcial anterior, es de 49 puntos.
La nota de mi autoevaluación es: 6.86
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